Existe una corriente popular en esta sociedad que dice que a partir de los 30 el amor es una mierda. Seguro que tú también has escuchado eso de “todos los buenos ya están casados o son gays” o peor aún la de “el mercado está fatal, quién está soltero a los 30 (40) y largos seguro que es porque tiene un montón de taras”.
Sí amiga, en algún momento todes lo hemos pensado. Y no pasa nada. Yo misma solía pensar así hasta que vino 2024 y empecé a cambiar de perspectiva.
Por cierto, hago un breve inciso para aclarar que, aunque esta newsletter esté escrita para un público femenino mayoritariamente heterosexual, las cosas de las que hablo se aplican a todos los sexos y géneros. Así que si eres hombre, querido, esto también va para ti.
Después de haber vivido infinidad de experiencias en el terreno sentimental (de todo tipo), te puedo asegurar que el amor después de los 30 es muchísimo mejor que a los 20. Y me atrevo a decir que estoy segurísima de que a los 40 el amor será muchísimo mejor que a los 30. ¿Por qué? Ahora te lo explico.
1. Tienes claros tus estándares.
Puede que a los 20 creamos que lo sabemos todo de la vida, pero a medida que vas creciendo te das cuenta de que el bosque es bastante más grande de lo que creías.
Cuando somos jóvenes nos dejamos llevar por el hervor de la química y la pasión pensando erróneamente que eso es amor. Así que nos lanzamos de cabeza a tener una relación con la primera (o tal vez la tercera) persona que nos mueve ese nosequé por dentro que nos hace querer escribirle todos los días, verlo todos los días... Exprimir el chute de dopamina que nos genera esa persona (y las ganas que tenemos de acostarnos con él/ella).
¿Estándares? ¿Eso se come? Jaja. En nuestros 20 difícilmente tendremos estándares a menos que hayamos crecido con unos padres u entorno super consciente que nos enseñe desde pequeños eh’to qué eh. A penas estamos comenzando a saber lo que queremos en la vida, ¿cómo vamos a saber lo que queremos en una pareja? Lo cuál hace que nos metamos en relaciones de mierda, ignoremos banderas rojas por querer estar con esa persona que tanto nos atrae y un largo etc.
A mis 33 años (y moviéndome hacia los 34), tengo bien claros mis estándares. Tengo bien claro lo que quiero y lo que NO quiero en una relación. En una pareja, en un vínculo cercano, en el que al día de mañana será mi marido y el padre de mis hijos. Lo cuál me permite filtrar la hostia de bien.
¿Que hace ghosting? Next.
¿Que no sabe gestionar sus emociones o no tiene responsabilidad afectiva? Next.
¿Que no es capaz de comunicar asertivamente sus necesidades y sus límites? Next.
¿Que no es sincero con sus expectativas? Next.
¿Que no va de frente, es claro, directo ni honesto? NEXT.
Sí, es cierto que esto hace que rechace a muchísimos más hombres que antes y que esté largos períodos de tiempo sin pareja o sin tener citas, pero también me ahorra muchísimo drama. Un drama que, a estas alturas, ni necesito ni quiero en mi vida. Porque estando conmigo misma yo ya soy feliz, así que no necesito a nadie que me complete sino a alguien que me trate de puta madre y me haga la vida más fácil.
Tengo bien claro que quiero a un hombre consciente y trabajado que sea capaz de formar equipo y construir (entre ambos) un amor sano. Que sea un espacio seguro en el que poder ser yo misma al 200% y ambos nos apoyemos y admiremos mútuamente para nutrirnos y crecer.
Si no es así, ¿para qué iba a dejar entrar a alguien en mi vida que lejos de traerme paz, me causa conflicto y estrés? Naah… no me interesa.
2. Las mariposas han muerto.
Una de las mayores señales de madurez en el amor es dejar morir las mariposas. No me mal interpretes, no estoy hablando de que no haya pasión en la relación. Al contrario, la atracción física es un punto super importante a tener en cuenta. No tiene ningún sentido estar en pareja con una persona que sobre el papel es un 10, pero a efectos prácticos te mata la líbido. La química es importante pero no es lo único (y el amor tampoco).
Con el tiempo me he dado cuenta de que todas esas mariposas en el estómago de las que tanto hablaban las películas y las series de los 90s-00s, no son más que un atracón de química brutal, mezclado con algunas dosis de ansiedad, que nos ciega por completo el juicio y nos impide elegir con claridad.
Las mariposas están bien, pero cuando lo único que existe son mariposas, porque realmente casi no conoces a la persona que tienes delante, es un banderón rojo como una catedral.
A mis 33 ya no quiero un amor que me despierte mariposas. Que me haga acostarme revisando el teléfono cada dos por tres y pensando si me va a llamar o si me contestará al último mensaje que le he escrito. Aunque en las películas queda muy romántico eso de pasarse la noche hablando hasta el amanecer de cosas super profundas con alguien a quien acabas de conocer, en la vida real yo aprecio demasiado mis 8 horas de sueño para saltármelas como si nada por un tío al que a penas conozco y ya me está generando ansiedad.
En la mayoría de los casos esas mariposas no son amor, son ansiedad.
Naah… yo quiero un amor lento. Un amor que respete mis horarios y mis rutinas. Un amor que entienda que si yo no duermo bien, al día siguiente no puedo funcionar como persona. Un amor que me despierte esas ganas de tener conversaciones profundas, sí, pero a las 10 de la mañana de un sábado en una cafetería/librería tranquila. No a las 3 de la madrugada yendo a comprar una pizza de dudosa calidad (pero que igual te la comes porque no hay nada mejor y te estás muriendo de hambre) a la tienda de la esquina.
Quiero un amor que me traiga paz.
3. Menos relaciones, mayor calidad (y eso incluye el sexo 👀).
En contra de las frases populares de mierder que te he dicho al principio, lo cierto es que hoy en día, el momento que estamos viviendo como seres humanos en el que estamos normalizando cada vez más ir a terapia y hablar de nuestro mundo interior y nuestras emociones, es el mejor para enamorarse y tener una pareja sana (sobre todo si ya has madurado y pasas de los 30).
Si lo que queremos es tener una relación de calidad que cumpla nuestros estándares y nos llene de tranquilidad, confianza y seguridad; tenemos que tener el valor de rechazar (o simplemente no vincularnos) a las personas que ya nos están demostrando con sus actos que no nos van a dar el tipo de relación que nosotras queremos y merecemos.
Claro que eso hará que rechaces a más personas y pases más tiempo soltera. Pero si lo que quieres es tener una relación sana de calidad, tendrás que hacer el sacrificio de no vincularte con cualquiera. Y créeme que vale mucho la pena.
Con la edad no solamente ganamos años, sino experiencia. Tanto tú como el resto. Es cierto que te vas a seguir encontrando a gilipollas, tontos del higo y niños con cuerpos de un señor de 37. Pero también te vas a encontrar a muchos hombres interesados en deconstruirse y construir una masculinidad sana. Yendo a terapia para trabajarse su forma de vincularse, romper patrones, sanar heridas, aprender a comunicarse de manera asertiva, etc…
Y por supuesto, después de los 30 el sexo mejora.
Puede que a los 20 el sexo estuviera bien, pero a los 30… la cosa cambia. La gente ya ha experimentado, incluso tú. Uno ya sabe lo que quiere, lo que le gusta, lo que no y cómo darle placer al otro. Lo cuál nos lleva a tener relaciones sexuales de mayor calidad y mucho más placenteras.
Imagínatelo por un momento. Ese hombre de 34-38 años que empieza a llamar tu atención ya ha experimentado muchísimo en el terreno sexual. Vale, si bien es cierto que no es super agradable imaginarte al hombre que te atrae acostándose con otras, creo que entiendes perfectamente por donde voy.
Tú tampoco eras una experta en el terreno sexual a los 20 y pocos, y estoy segurísima de que si piensas en tu propia experiencia y comparas tu yo de ahora con tu yo de 23 años, ganará por goleada tu versión más madura, ¿verdad?
Lo mismo pasa en el otro lado. Así que aprovecha la coyuntura y diviértete (si quieres).
4. Conclusión:
Aunque sea muy tentador apoltronarse en el lado negativo de las cosas: en la falta de tiempo que nos deja el adulting para conocer a gente nueva, en la perspectiva sesgada de todos los gilipollas que aún van por ahí pensando que tener pareja es fingir ser alguien que no eres para conquistar a la mujer y luego ir a su puta bola y hacer gaslightning cuando le están echando en cara la falta de responsabilidad afectiva y comunicación abierta… Nada de eso te hará encontrar al hombre (ni a la mujer) que realmente deseas y mereces. Sino más bien al contrario.
Sabemos de sobra que nuestro cerebro es un pícaro y cuando ponemos el foco de atención en algo, de algún modo lo entrenamos para que encuentre más de ese algo a nuestro alrededor.
La realidad es que hay un montón de personas maravillosas de 30 y pico para arriba que tienen muchas ganas de construir una relación sana (y saben cómo hacerlo).
No es cierto eso de que todos los hombres buenos están casados o son gays.
Hoy en día se crean y rompen parejas cada dos por tres, porque tenemos más libertad que antes, tanto para juntarnos como para separarnos. Y lo mismo pasa con los matrimonios y los divorcios. Todos los días hay gente yendo a terapia. Todos los días hay gente aprendiendo a ser mejor persona. Y no tiene nada de malo haber pasado los 30 y largos y darte cuenta de que la persona con la que llevabas 5 años de relación resulta que no es la que realmente quieres para el resto de tu vida.
Así que sí, creo firmemente que el amor después de los 30 es mejor que a los 20. Que el amor a los 40 será mejor que a los 30, y así sucesivamente.
Porque cuantos más años pasan más aprendemos de la vida, de nosotros mismos y del amor. De cómo amar mejor. De cómo tratar mejor. De cómo cuidar y respetar mejor (y de cómo follar mejor).
Hasta aquí la newsletter de hoy. Mi nombre es Ada y espero de corazón que la hayas disfrutado. Pero si te gusta el salseo no te vayas porque, ya que estamos en san valentín (os juro que acabo de caer ahora jaja), me apetece fangirlear un poco y compartirte mis crushes actuales. Para que veas que hay hombres muy sexys pasados los 40 jiji
Diego Luna (45 años)
Forever crush con este señor. Papelón que hace en Andor y que te recomiendo mucho ver si eres fan de Star Wars y aún no la has visto.
Gong Yoo (45 años)
Si no te van las series coreanas seguramente de lo único que te suene este señor es de haberlo visto un par de veces en “El juego del Calamar”. Pero este señor es un rompecorazones de los k-dramas.
Adam Brody (45 años)
Nos enamoramos de él en 2003 con “The O.C.”. Ese nerd tierno al que todas las frikis como yo le habríamos entregado nuestro corazón a ciegas. Y nos volvimos a enamorar de él en “Nadie quiere esto” con ese papel de hombre sano, comprensivo, respetuoso y amable dispuesto a darlo todo por la chica de la película y co-protagonista Kristen Bell
¡Y qué beso! ¡Qué banda sonora! Tengo esa escena viviendo rent free en bucle en mi cabeza 😂
Si has llegado hasta aquí, ¡por favor no te vayas sin fangirlear conmigo que es gratis y sanísimo! jajaja es broma.
pd. aunque te lo haya podido parecer a lo largo de la newsletter, yo no soy cisgénero ni heterosexual, pero tengo bastante claro que quiero un compañero de vida masculino (aunque estoy abierta a lo que sea que me depare la vida).
De nuevo, gracias y hasta pronto 💗